Varias lágrimas he derramado al ver dos porciones del documental Los que faltaron. Parece que el título viene de una sentencia de nada más y nada menos que el Gigante del Escambray, Antonio Muñoz quien cuenta anéctdotas y habla de su relación con Pedro José. Siento en mí el dolor por Cheíto ya que crecí entre historias que hablaban del Señor Jonrón. Varias veces lo vi conectar fenomenales cuadrangulares en el Sandino de Santa Clara y me siento muy orgulloso el haber sido aficionado y seguidor del equipo Las Villas y de no ser uno de esos jóvenes que, como bien afirma Muñoz, que no disfrutaron a Pedro José y se perdieron parte del espectáculo.
Era excelente a la defensa en tercera. Recuerdo una vez en el Sandino vi un roletazo que le pegó en el pecho, agarró la pelota y quemó al bateador-corredor en primera. ¡Qué clase de hombre ese! Sin duda lo más llamativo eran sus vuelcacercas pero no debemos olvidar que Pedro José era hermético en tercera (lo que conectan por ahí no es de amigos) y corría bien también aunque normalmente no le hiciera mucha falta.
Otros peloteros también cayeron en desgracia por las estupideces de ese sistema que devora a sus hijos. En el caso de mi número 6 recuerdo como mi padre hablaba de él y de Muñoz como ejemplos de disciplina y de entrega. Entonces le pagan con esto.
El peso del documental se concentra alrededor del testimonio de Muñoz que junto a Cheíto y Víctor Mesa fue una estrella de aquella época de oro en la pelota cubana. El comentario de Víctor Mesa lo deja todo claro.
También considero vergonzoso y repugnante ver a Héctor Rodríguez hablando con lengua bífida cuando sabe perfectamente que fue una enorme injusticia lo que se cometió con Cheíto y que un día será reivindicado. Viva Don Pedro José Rodríguez.
¿Qué es un martillo? ¡Nuestro Apostolillo!
8 hours ago